Gerardo Chávez López
(Trujillo/Perú 1937 - ✝ 2025)
es uno de los grandes maestros de la pintura peruana y latinoamericana.
A los cinco años, después de la muerte de su madre, se fue a vivir a Paiján donde empieza a inquietarse por el arte, inclinación que luego fue tomando fuerza gracias a la influencia y protección de su hermano mayor, Ángel Chávez, quien era ya un reconocido pintor.
A los catorce años se muda a Lima, donde luego ingresa a la Escuela Superior de Bellas Artes y forma parte de la notable “Promoción de Oro” de 1959 con (foto: de izquierda a derecha) Gerardo Chávez, Tilsa Tsuchiya, Milner Cajahuaringa y al la derecha Enrique Galdos Rivas, ademas estaban los artistas Alberto Quintanilla, Oswaldo Sagástegui y Alfredo Gonzales Basurco. Su formación inicial tiene como referentes a Delacroix, Goya, Rembrandt, Dalí y Picasso, entre otros maestros universales, por lo que sus primeras pinturas tienen elementos abstractos y cubistas.
Florencia fue su primera parada, y como resultado del hallazgo del arte florentino y otras corrientes europeas, empezó a crear imágenes oníricas. Luego descubrió las manchas de las viejas paredes romanas que le inspiraron figuras fantasmagóricas, vitales para sus siguientes obras en las que la morfología mágica, misteriosa y personal lo conectan con el surrealismo.
En Roma surge su amistad con el pintor chileno Roberto Matta, quien le inquieta a descubrir Paris, donde también conoce al cubano Wilfredo Lam. Estos dos grandes contribuyeron con la madurez artística de Chávez y en La ciudad luz empiezan los grandes reconocimientos, que luego se extendieron por el mundo. Llegaron los años setenta y surge en el artista un apasionado interés por estudiar el arte primitivo, por lo que visita las cuevas de Altamira en España (1970), los frescos de Tassili n´Ayder, en el sur de Argelia (1973) y luego la Isla de Pascua (1975 y 1977).